viernes, 22 de agosto de 2008

RECONFIGURACIÓN DEL COACHING

Uno de los Portales de Internet en Español más prestigioso sobre la temática del Coaching y Liderazgo, le realizó una nueva entrevista a Fernando Sáenz Ford, donde explica su particular mirada sobre el Coaching, planteando un giro epistemológico del mismo.

En este mismo ciclo de diálogos, también han sido entrevistados: Deepak Chopra, Stephen Covey, Julio Olalla, Joseph O´Connor, Lair Ribeiro, Fred Kofman, Mike George, Claudio Naranjo, entre otros.

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------------------------------------------------------------------------------------------------- Magda Galvez: Llevas ocho años ejerciendo con éxito la profesión de Coach.Cual es tu filosofía de Coaching?
Fernando Saenz: Yo creo que el coaching claramente tiene que ver con crear nuevas posibilidades, con acotar brechas entre las circunstancias actuales y el resultado deseado, colaborando en potenciar los recursos de individuos, equipos y empresas. Sin embargo esto puede ser visto como una serie de técnicas para el management efectivo, o recetas para el buen vivir. Yo creo que el coaching es mucho más que eso. La práctica del coaching es un espacio operacional bien diferente a su marco de fundamentos. Mi forma de entender el coaching está basado en fundamentos humanísticos, guiados por la recuperación del goce de hacer lo que sea que hagamos, siendo autónomos y responsable. Los seres humamos somos primordialmente seres sociales, por lo que experimentamos placer cuando podemos encontrarnos con otros en la autenticidad y confianza. Esto es un encuentro donde surgimos legítimos sin temor de desaparecer en la presencia del otro. Cuando eso sucede generamos espontáneamente compromisos más grandes que las circunstancias actuales, en el encanto de hacer cosas junto, sin la necesidad de maniobras manipuladoras del clásico liderazgo centrado en el premio y el castigo. Parte de nuestra cultura actual se realiza en la exigencia de llegar a más y más, en un trasfondo de insatisfacción continua. Hemos perdido el bienestar del vivir cotidiano, y hemos ido creado un modo de convivencia que nos duele, porque es contradictorio a nuestra esencia social. De este modo de convivencia surge un espacio psíquico-emocional desde el cual se abre espacio para la valoración de la apariencia o ego, que tanta amargura trae a nuestro vivir.
Magda: ¿Puedes ponernos algún ejemplo de esta cultura?

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