jueves, 7 de junio de 2012

LA PIZZA Y EL SER


Están quienes nunca se preguntan por el “ser ” que “son”, están quienes viven angustiados en la búsqueda del “ser” que “son”, y están quienes encuentran formas de relacionarse con eso que llamamos “ser” de tal forma de estar más cerca de lo que quieren, en un tránsito de bien-estar.
Sobre esto último pretendo escribir unas líneas: sobre la potente relación con el “ser”. ¿Y de qué manera? …. con un ejemplo burdo, práctico y de barrio.
Les presento la metáfora “Del bollo de masa para pizza”.
Pues yo digo que el “ser” es como un bollo de masa para pizza: plástica, adaptativa, transformable. Quienes alguna vez se hayan aventurado a cocinar una pizza, saben de lo que hablo. La masa es la “posibilidad” de las diversas formas de pizzas. De esa masa pueden salir cientos de disímiles pizzas. Es algo así como tener la masa plástica que usan los niñitos para con sus manos hacer diferentes figuras… en esa masa hay infinitas posibilidades.
Yo digo que esa es la condición primaria del “ser”: pura posibilidad. Hablar de “ser” es hablar de potencial… de diversidad de posibilidades no predecibles. Es cierto que cada masa tiene su “toque diferencial”, pero en definitiva todas tienen la misma esencia posibilitadora. Los seres humanos, cada uno, tenemos nuestro “toque diferencial” y en la medida que tengamos una estructura neurológicamente sana, todos tenemos la misma naturaleza potencial.
No hay definiciones para el “ser que soy”. Cuando defino “quién soy” mato la posibilidad, y aparece la certeza. La certeza es enemiga de la posibilidad. Definir algo, es cerrar el espacio de creación. Se pasa de lo dinámico a lo estático.
Y esto es lo que busca la cultura que realizamos todos los días: “seguridad en las certezas”. La cultura nos dice: “es preferible definirme como una persona “soberbia”, o como una persona “tímida”, o “como una persona “rígida”, que estar en la incertidumbre de no saber quién soy”. Buscamos algo solido donde pararnos, en la ceguera de eliminar el espacio de lo posible.
Pero cada vez que digo “yo soy así”, más allá de la connotación positiva o negativa, que le dé a la cualidad que le adjudique a mi manera de ser, doy lugar al “no-ser”. El “ser” es posibilidad continua, el “no-ser” es negación de esa posibilidad en la definición de nosotros mismos. Es curioso cuanto tiempo nos angustiamos intentando saber “quiénes somos”, para matar la posibilidad que “somos”.
El miedo a “no-ser”, nos lleva a “no-ser”. ¿Me explico mejor? Si tengo miedo a la incertidumbre de no saber quién soy, busco definirme… y cuando me defino mato la esencia de posibilitadora del “ser”. ¿Cómo sería vivir sin tener la exigencia de definirme de determinara manera?
Ahora….el bollo de masa para pizza, se transforma en una pizza. Quizás una pizza de mozzarella, o una de jamón y morrones, o la “especial de la casa”. Y así es el “ser”… puede expresarse de maneras diferentes. Al “ser” en acción, le llamamos “siendo”, o como dice mi amigo Nicolás Novoa, el “haSiendo”. Porque en el fondo no podemos separar el “ser” del “hacer”, sin embargo puede resulta útil para entender-nos.
Entonces ese bollo que es pura posibilidad, puede expresar esa posibilidad, por ejemplo, en una pizza de mozzarella, como algunos de nosotros puede expresar su “ser” en un “siendo” audaz, o temeroso. Me refiero a una persona accionando en la audacia o en el temor… donde un tercero puede observar un “siendo audaz” o “siendo temeroso”. No es que estamos hablando de una persona describiéndose a sí misma, diciendo “yo soy audaz”, o “yo soy temeroso”…. Eso sería el “no-ser”. El siendo, no es una explicación de quienes “somos” sino que es la manera en que se expresa el “ser” en la acción misma.
Y aquí aparece lo que llamo adecu-abilidad. La habilidad de estar siendo adecuado según el contexto en el que me muevo. En ciertos contextos, en ciertos momentos, será adecuado transformarme en esa “pizza de mozzarella”. Dicho de otra manera, estar siendo audaz puede resultar adecuado en ciertos contextos de mi vida, ¿pero si el contexto cambia? Pues claro, podemos adoptar otro “siendo”, transitando una manera diferentes de expresar ese “ser” (bollo de masa) que es pura posibilidad. Y al principio nos sentiremos torpes, porque es necesario un tiempo de entrenamiento en una modalidad diferente de “siendo”. Y los más arraigados a una forma histórica de “estar siendo”, hasta se sentirán inauténticos, ciegos a su propio juego de privación del potencial del “ser”.
En general el problema radica en que olvidamos que “somos” en esencia ese bollo de masa para pizza… y en la búsqueda de certidumbres, terminamos pensando que somos la pizza de mozzarella!! Es decir, una persona audaz, o temerosa, o desorganizada, o estructurada, o lo que sea. Y comenzamos a vivir el no-ser, en la negación de nuestra esencia plástica, adaptativa, transformable. Tenemos que hacer un gran esfuerzo para conservar nuestra certidumbre de lo que decimos que somos, a veces a costa de perder relaciones, negar nuestros deseos, o incluso tener razón hasta morir. El vivir en el no-ser enferma, nos invita a la soledad, por que dejamos la adecu-abilidad con el mundo, dejamos de estar centrados en nuestros deseos, para pasar a contro-abilidad, o sea la habilidad de controlar quienes somos, el mundo, y nuestras relaciones, dejando de danzar con la dinámica del vivir.
La diferencia entre la existencia humana y la metáfora del bollo para pizza, es que nosotros, los seres humanos, siempre seguimos siendo en esencia el bollo. Claro… ese bollo en diferentes etapas del vivir, se expresa como pizza de mozzarella, y en otras etapas como pizza napolitana, y en otros momentos como pizza de palmitos. Somos pura posibilidad… a veces “nos compramos” que somos de determinada manera porque durante años hemos estado siendo así….pues es hora entonces de preguntarte… ¿Qué siendo te haría más feliz? ¿Qué siendo te llevaría más hacia lo que quieres? … claro siempre conservando ese esencia que es el bollo.
El coaching, y en especial el coaching ontológico, es una gran herramienta para facilitarnos la posibilidad de desplegar una gama de “siendo” que nos permita la adecu-abilidad, pudiendo ser siempre nosotros mismos en diferentes versiones, convirtiéndonos en expertos gestores de la diversidad.
Por el momento dejo de escribir… de tanto imaginarme pizzas, me dio hambre!!
Fernando Sáenz Ford

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